En el campo de la psicología, se ha identificado que uno de los factores que intensifican el miedo es la evitación del objeto de nuestro temor. Un ejemplo común de esta evitación es el perfeccionismo.
Existen individuos que se esfuerzan enormemente por hacer las cosas correctamente, prestando atención hasta al más mínimo detalle. Este comportamiento no sería problemático si no fuera porque, a menudo, este esfuerzo conduce a un punto de agotamiento y sufrimiento que hace que abandonen lo que están haciendo. Según la Organización Mundial de la Salud, las personas expuestas a circunstancias adversas, incluyendo la presión por el perfeccionismo, tienen un mayor riesgo de desarrollar una condición de salud mental.
El perfeccionismo puede ser considerado una forma de evitación porque a menudo se utiliza como una estrategia para evitar el fracaso o la crítica. Los perfeccionistas a menudo temen el fracaso. Para ellos, cometer un error o no cumplir con sus propias expectativas elevadas es visto como un fracaso. Por lo tanto, se esfuerzan por hacer todo perfectamente para evitar la posibilidad de fracasar.
Los perfeccionistas también pueden temer la crítica de los demás. Si hacen todo perfectamente, razonan, nadie podrá criticarlos o juzgarlos negativamente. Además, el perfeccionismo también puede ser una forma de evitar sentimientos de incomodidad emocional, como la ansiedad, la vergüenza o la culpa que pueden surgir de cometer errores o de no cumplir con las expectativas.
Es importante recordar que el error es una parte fundamental del aprendizaje. De hecho, se ha sugerido que permitir a los niños y jóvenes experimentar el fracaso y la decepción puede ayudarles a superar sus miedos. Según datos de NAMI, el 50% de todas las enfermedades mentales comienzan a la edad de 14 años, y el 75% a la edad de 24 años. Esto subraya la importancia de aprender a manejar el fracaso y el error desde una edad temprana.
Por supuesto, el impacto de un error puede variar enormemente dependiendo del contexto. No es lo mismo que un controlador de la NASA se olvide de un procedimiento durante el despegue de un cohete, que un reponedor de supermercado olvide reponer un estante., pero en este ejemplo el temor vendrá sin duda determinado por las potenciales consecuencias del mismo, y no por una necesidad personal.
En conclusión, es esencial aprender a tolerar, experimentar y convivir con el error y el fracaso. Al hacerlo, podemos mejorar nuestra salud mental y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos de la vida. Además, es importante buscar ayuda profesional si los miedos y la ansiedad se vuelven abrumadores y afectan nuestra capacidad para funcionar en la vida diaria.
En Todo Psicología en Tenerife, somos psicólogos clínicos y estamos especialmente formados y tenemos treinta años de experiencia en el tratamiento de la ansiedad.
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