top of page
  • Foto del escritorJesús Castro Rodríguez

La Paradoja de la Soledad Digital: Redes Sociales y Salud Mental

Existió un momento en mi carrera profesional en donde internet no existía, y eso me convierte en alguien de cierta edad y experiencia, que conoció un mundo mucho menos conectado que en la actualidad. Mi primer contacto con internet fue inmensamente productivo a nivel profesional, puesto que me permitió entablar relación con profesionales e investigadores que sin ese, en aquel momento, novedoso medio de comunicarse, hubiera sido imposible.

Algún tiempo después vinieron las redes sociales, y el uso de las mismas se generalizó y extendió a toda la población, especialmente cuando los teléfonos móviles tuvieron capacidad para poder procesar toda la información que requerían las aplicaciones.


Como psicólogo clínico sé que las personas no desarrollan trastornos mas que en contacto con otras personas. "Somos" siempre en relación con los otros, y esa relación, o la ausencia de la misma es el contexto donde se generan los problemas emocionales y/o psicológicos, es decir el sufrimiento. Los otros, especialmente, los otros desconocidos, representan el exponente máximo del descontrol y la incertidumbre. Los demás son vitales para nosotros, lo reconozcamos o no, así que exponernos a aquellos que no conocemos, nos causa en mayor o menor medida, cierta perturbación.


Las redes sociales, como su nombre indica, están orientadas a fomentar el contacto con los otros y a generar "clanes" de un tamaño impensable hasta el momento en que se empezaron a utilizar, independientemente de que un humano no pueda manejar mas que un limitado número de relaciones. Por otra parte, nos dota de un control casi perfecto para gestionar la perturbación que mencionaba antes, de forma que podemos exponernos gradualmente a esos otros desconocidos.


Podría pensarse entonces, que desde la introducción de tan potente herramienta para fomentar las relaciones humanas, los parámetros de salud mental de la población mejorarían sustancialmente, hecho que como ustedes saben, está muy alejado de la realidad.

Las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestras vidas, desde luego, aunque sin embargo, su impacto en nuestra salud mental es un tema de creciente preocupación.


En cuanto a los suicidios, un total de 3.941 personas se suicidaron en España en 2020, lo que representa un aumento significativo en comparación con las cifras de años anteriores. Este aumento en los suicidios es especialmente preocupante entre los jóvenes y las mujeres más jóvenes, y se ha convertido en la primera causa de muerte no natural por encima de los accidentes de tráfico.


Obviamente no pretendo ser reduccionista ni alarmista y soy consciente de que el empeoramiento de todos los parámetros de salud mental en la población Española (incluido el escandaloso 18% de personas que toman a diario medicación psiquiátrica) es un fenómeno multifactorial, donde entran en juego multitud de variables, pero es como mínimo llamativo que una herramienta que nos conecta con los otros de la forma mas potente en la historia humana, no haya redundado en una mejora en la salud mental de las personas.


Ante este panorama, es necesario implementar medidas que promuevan la salud mental y prevengan el suicidio. Algunas propuestas podrían ser:

  1. Educación y concienciación: Es fundamental educar a la población sobre los riesgos asociados al uso excesivo de las redes sociales y promover un uso saludable de las mismas. También es importante concienciar sobre la importancia de la salud mental y desestigmatizar los problemas de salud mental.

  2. Promoción de la interacción social real: Fomentar las interacciones cara a cara y las actividades al aire libre puede ayudar a reducir la soledad y mejorar la salud mental.

  3. Acceso a la atención de salud mental: Es crucial garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud mental de calidad. Esto incluye la disponibilidad de terapias y tratamientos, así como el apoyo para aquellos que están en riesgo de suicidio.

  4. Investigación y políticas públicas: Se necesita más investigación para entender mejor la relación entre las redes sociales, la soledad, la salud mental y el suicidio. Los resultados de estas investigaciones pueden ayudar a articular las políticas públicas para afrontar un problema de esta envergadura.


En conclusión, aunque las redes sociales pueden ofrecer muchas ventajas, también pueden tener un impacto negativo en nuestra salud mental, ya que probablemente, si no salimos del control que proporciona el relacionarnos con los demás de una forma no presencial, no tengamos las relaciones que necesitamos para tener una vida satisfactoria. Para tener relaciones que nos generen bienestar emocional, y por tanto podamos tener una buena salud mental, es imprescindible, paradójicamente, el que confrontemos y afrontemos un cierto nivel de incertidumbre, situándonos además, en una situación de vulnerabilidad respecto al otro, en donde sus decisiones pueden dañarnos.

Entradas Recientes

Ver todo

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page